La 'diva del pop' ha concluido su mundial Sticky & Sweet con dos conciertos en Tel Aviv, una decisión que no parece ajena a la devoción que la Madonna profesa en los últimos años por la mística judía, en particular por la Cábala. El Parque Yarkón de esta urbe costera acogió a entre 60.000 y 70.000 seguidores de la diva aunque no obstante no se colgó el cartel de "vendidas todas las entradas".
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